La noche transcurre lenta y perezosa. Se puede oír el susurro de las hojas de los árboles y el ulular de un búho. De vez en cuando algún animal se escurre de un árbol a otro y los aventureros descansan en la casa de madera que han elegido para refugiarse de un posible ataque de las criaturas aladas que han asaltado el pueblo la noche anterior. Sus preciadas monturas están refugiadas bajo el techo de un establo no muy lejano, junto a la casa en cuyo sótano están ocultos los 8 niños.
Tras los turnos pertinentes de guardia, la mañana llega con unos tibios rayos de sol y el último guardia puede ver que una figura humanoide pasar furtivo por delante de la casa. Cuando van a regresar al edificio donde los niños se ocultan, descubren que el establo donde se encuentran las monturas, que habían asegurado la noche anterior, una de las hojas de la puerta doble están abierta. Cuando se acercan a comprobar el estado de los caballos, descubren una sombra furtiva que los vigila. Con desagrado comprueban que hay sangre en el lugar donde debían estar los caballos y que parte del techo se ha desmoronado. Contrariados se disponen a emboscar la figura furtiva para descubrir a un individuo con tez oliva que parece por sus indumentarias que se trata de un nativo de Jalizar.
Tras interrogar al individuo atrapado, éste dice llamarse Ta y que vino con cuatro compañeros a las ruinas kerosianas sita a unos diez minutos de allí a buscar un tesoro en un templo abandonado. Según cuenta allí liberaron de forma involuntaria unas criaturas de gran voracidad que los persiguieron mientras huían. A pesar de que corrieron como perseguidos por el mismo demonio, fueron alcanzados en las proximidades de una aldea nordheim, justo el que se encuentran los aventureros. Allí los nativos lucharon con ferocidad pero aun así perecieron todos y sus cuatro compañeros. Según su versión él sobrevivió porque se escondió, argumento que no convence a nuestros intrépidos aventureros.
Tras inspeccionar alrededor del edificio, nuestro valiente bárbaro de Nordheim trepa uno de los muros aprovechando, los desperfectos causados por el paso del tiempo ,y consigue alcanzar la ventana ubicada a unos 9 metros de altura y desde allí descubre que parte del techo está abierto al cielo azul por lo que la luz del astro amarillo baña el lugar convirtiendo la oscuridad siniestra en una inquietante penumbra.
Parece que algo hay dentro en las sombras, sólo puede alcanzarse a ver desde el umbral y desde lo alto de la ventana unos bultos inertes que se extienden por el suelo de la antiguo templo kerosiano.
Por otra parte el jalizano aprovecha el momento para tratar de huir, Gilan tras un disparo de advertencia con su arco compuesto alcanza al fugitivo matándole en el acto. Tras un registro concienzudo descubre unas cuantas lunas, un cuchillo de hoja curva con extrañas inscripciones y un medallón de aspecto extraño.
Hasta aquí nuestra segunda sesión. ¿Qué papel representa este explorador de Jalizar y sus difuntos compañeros?
Continuará…
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